Recibí el encargo con una mezcla a partes iguales de ilusión y aprensión.  Ilusión porque tengo pocas oportunidades de hacer cosas para niñas.  Aprensión porque mis gustos no son muy principescos y no sabía cómo lo iba a montar ni cómo me iba a salir...  Esto es lo que se acaban de llevar para Zaragoza (espero que aguante bien el viaje).

La tarta (no podía ser de otra forma, aunque sólo fuera por el color) está hecha entera de bizcocho de fresa (torreones incluidos, qué peligro) rellena de ganache de fresa y forrada con fondant.  Los tejados de los torreones son cucuruchos de helado del Mercadona, forrados también con fondant y marcados con la esteca que se usa para las sonrisas en las caritas...  ;-)  El destino: un cumpleaños de una niña a la que le encantan las princesas y una compañera que lo celebra con ella, junto con todas las amiguitas invitadas.   La edad media de las destinatarias de la fiesta rondará los cuatro añitos.

He puesto todas mis ganas y he desempolvado a la sepultadísima niña princesera interior para hacer esta tartita.  Espero que les guste mucho, mucho, mucho...  Y que, aunque no se la coman (que ya se saben cómo son los niños para estas cosas), al menos den algunos saltos de emoción cuando la vean.  Lo espero de verdad, porque no sé a quién le habrá hecho más ilusión esta tarta, si a las niñas, a la madre que lo ha encargado o a la que suscribe, que le ha dado al rosa y a los corazoncitos a base de bien.

Es mi primer castillo.  No me ha salido a mi gusto del todo, pero sí que es verdad que con estas cosas se aprende.  Si vuelvo a hacer otro, cambiaría muchas cosas.  Sobre todo las almenas, que las puse en el último momento, agotada ya, y se nota.  Y el montaje...  Bueno, en esto de las tartas como en todo, se aprende de la práctica.

Muchísimas gracias por tu confianza, Belén.  Espero que las niñas la disfruten muchísimo y que tengan un muy feliz cumpleaños (y también que no hayas acabado hasta el moño de la tarta después de llevarla encima todo el viaje ).

Espero que a vuestras princesitas interiores también les guste el castillo (se admiten coñas de los chicos que me estén leyendo, que para eso tenemos los carnavales a la vuelta de la esquina).