Tengo pendiente publicar una recopilación de todos los MSC que he ido probando y publicando estos últimos meses para que tengáis opciones para los bizcochos de vuestras tartas decoradas y también para tenerlos todos recogiditos (aunque el blog tiene una categoría sólo para ellos).  Por el momento, recupero éste porque, aunque en su momento lo creé buscando el color blanco, a posteriori me he dado cuenta de que, al no llevar mantequilla ni yema de huevo, puede resultar interesante para aquellos golosos que cuidan un poco el nivel de colesterol en su dieta.

 

Este bizcocho es de sabor muy suave pero si te apetece, le puedes añadir algo de vidilla con alguna esencia (almendras, naranja, limón, plátano...), ralladura (naranja, limón, coco...) o incluso cacao en polvo (no será blanco, pero sí seguirá siendo más bajo en colesterol y grasas totales).  Eso sí, si lo quieres por su color, cuida que lo que añades no te tiña la masa.

La receta es casi idéntica a la del MSC normal, sólo que usa nata líquida (35% de materia grasa, la que se usa para montar) en vez de mantequilla y sólo claras en lugar de huevos enteros.  Seguro que las proporciones son mejorables (tal vez más claras, y seguro que menos azúcar...) es una receta "en construcción" pero por el momento sale bastante bien.  Mi consejo es que primero lo pruebes tal cual, merece la pena. 

Para estas recetas vienen muy bien los botes de claras pasterizadas del Mercadona, así no tienes que preocuparte por reutilizar después las yemas 

Ingredientes para el MSC blanco (bajo en colesterol):
un brick de 200 ml de nata líquida para montar (35% materia grasa)
200 g de azúcar (tal vez estaría mejor usar menos, sale bastante dulce)
4 claras de huevos grandes (L) 
200 g de bizcochona (harina con levadura)
100 g de harina normal(*)

(*)  Se supone que esta cantidad de harina sin levadura sólo debes añadirla si vas a tornear el bizcocho, sin ella se conseguiría un bizcocho más esponjoso.  Pero yo siempre la he utilizado hasta el momento, así que no sé cómo saldrá sin ella.

Precalienta el horno a 170ºC y engrasa y enharina el molde que vayas a usar. 

En el bol que utilices para preparar la masa, bate la nata con las varillas hasta que la tengas más o menos montada.

Añade el azúcar poco a poco, sin dejar de batir.

Ve añadiendo las claras poco a poco (una a una).

Por el momento yo las he usado siempre sin batir salvo la última vez, que las puse antes a punto de nieve y el resultado fue bueno.  Haz lo que te resulte más cómodo.

Por último, añade la harina y remueve hasta que se haya incorporado por completo y no queden grumos.  Si utilizaste toda la harina (la que lleva levadura y la que no), te quedará una masa bien espesita.

Pásala al molde que tienes preparado y hornéala hasta que el bizcocho esté cocido (si pinchas con un palillo, éste saldrá limpio de masa).

No queda tan blanquito como un "angel food" ni tan esponjoso pero se tornea divinamente y, si quieres teñir la masa de algún color, te distorsionará menos el tono.