O lo que puede pasar si te gusta el judo, te llamas Paco y alguien de tu familia conspira para regalarte una tarta decorada.

No es la primera vez que me toca hacer una tarta estando en un estado de salud lamentable pero ésta me costó especialmente.  Parece que no, pero la cara del oso no es fácil, tiene una expresión entre bonachona y "te vas a enterar" super difícil de reproducir.  Se hizo lo que se pudo pero creo que no logré captar del todo lo que quería (la parte "como te descuides te vas a enterar" brilla un poco por su ausencia).

Lo peor (aparte de la fiebre y demás) el fondant negro.  No había manera de integrar los brazacos del bicho con el cuerpo así que tuve que dejarlo tal cual estaba porque no tenía tiempo para buscar solución.

Bizcocho y relleno a lo leche merengada (limón y canela).  Y no sé por qué, entre la forma que quedó, la bandeja y las letras, el resultado final parecía algo así como un cuadro o un trofeo de caza.  Total, que según me contaron, Paco vio el panda pero seguía buscando la tarta de su cumple.  ;-)  (Cómo me gustan estas cosas...)

Felicidades, Paco.

Espero que lo pasaras bien con esta bromita repostera y que sigas disfrutando del judo muchísimo tiempo.