Hace mucho que no publico nada bizcobolero y ya va siendo hora de volver al redil. Y ¿qué mejor forma de hacerlo que pasito a pasito y desde el principio?  A mí no se me ocurría nada mejor así que allá vamos con las famosas bizcobolas (cake balls). Empezaremos con "la masa"  hulk

Las bizcobolas no son otra cosa que una especie de trufas de bizcocho cubiertas de chocolate que se pueden hacer de muchísimas formas, desde las sencillas bolas de toda la vida que le dan el nombre a las más sofisticadas y divertidas formas que podéis ver en el blog de Bakerella (si sois bizcoboladictas, no os perdáis el blog de esta pionera y líder mundial bizcobolera).  No podemos olvidar tamoco los cake pops (pirubizcobolas o bizcobolas con palito) que tanto éxito han tenido en todo el mundo y que han encumbrado a Bakerella al top ten de los blogs reposteros americanos.

La masa clásica de estos dulces está hecha básicamente de bizcocho desmigado amalgamado con queso crema (tipo Philadelphia), pero se pueden utilizar otros "aglutinantes" como yogur, leche condensada, dulce de leche...  Y no sólo se hacen de bizcocho, también las hay de galletas molidas, sobre todo de OREOS (el contraste del color negro de la masa co n una cobertura inmaculadamente blanca es de lo más atractivo).  Todo depende de los gustos de cada cual. 

Es una solución magnífica para las que hacemos tartas decoradas porque te permite dar una salida dignísima y deliciosa a todos esos recortes de bizcocho que vas acumulando al tornear, nivelar, etc.  Puedes ir congelando los recortes en una bolsita de congelación y, cuando tengas ganas o tiempo, aprovecharlos para preparar bizcobolas. Sólo tienes que sacarlos con tiempo del congelador.

Seguro que muchas ya os estáis impacientando y gritando ¡¡¡ queremos la receta !!!  Temo desilusinaros, esta es una de las recetas del tipo "harina, la que admita".  Y no es que las bizcobolas lleven harina, sino que las cantidades que os voy a dar son orientativas.  Las razones son "de cajón": no todos los bizcochos son iguales y no todos los quesos crema son iguales.

Ya sabéis las que me leeis habitualmente, que yo normalmente suelo hornear MSC para las tartas decoradas.  Por lo general, para este tipo de bizcocho, la proporción migas/queso suele ser de 2 a 1.  Es decir, doble de bizcocho que de queso. Además por lo general suelo usar el queso crema del Mercadona porque es el que más me convence en relación calidad/precio.

Peeeero.  No es lo mismo un Philadelphia que un queso crema del Mercadona o un San Millán o una crema de untar del DIA.  Tampoco es lo mismo un bizcocho de yogur que un MSC (el primero tiene una textura más grasa y húmeda) o unos bizcochos de soletilla que compras en el super (que dan una miga más fina pero que son mucho más secos).  ¡¡¡ O unas OREO molidas !!!  Total, que con tanta variedad de texturas es casi imposible dar una receta maestra y por lo tanto tenéis que tomar la proporción 2 a 1 (bizcocho contra queso crema) sólo como una orientación.

Dicho esto, vamos con la elaboración.  

El primer paso lógico es desmigar el bizcocho.  Puede ser un bizcocho hecho a propósito para las bizcobolas (el bizcocho de terciopelo rojo o "red velvet cake", con su peculiar color es ideal para muchas preparaciones) o como en mi caso, los restos de alguno de mis experimentos magdaleneros, pero sea como sea pásalo a un bol hermoso y con capacidad suficiente, lávate las manos a fodo o ponte unos guantes limpios y vete desmigándolo frotando los pedacitos entre los dedos.  (Es un proceso que yo suelo hacer a mano, pero a lo mejor es más cómodo hacerlo con algún robot de cocina).

A veces, cuando todo está desmigado ya, suelo pasar varias veces las migas frontándolas entre las palmas de las manos, para que queden más finas y se quiten los grumos pero tampoco importa demasiado porque después vamos a amasar y normalmente ahí desaparecen del todo, uniformizándose la masa sin problemas.

Pesa ahora las migas de bizcocho (a veces resulta útil volver a meterlas en la misma bolsa donde tenías los recortes) y, en otro bol, aparta una cantidad de queso crema equivalente a la mitad del peso de las migas de bizcocho.  Tenlo aparte y ten más a mano por si acaso, pero no lo añadas todo.  Al bol con el bizcocho desmigado añade sólo como la mitad del queso que has apartado y amasa.

Seguramente la masa te quede seca y haya un montón de migas que no se puedan integrar. 

Agrega la mitad del queso que te queda y sigue amasando.  ¿Aún te quedan migas?  Añade la mitad del queso que te queda y sigue amasando.  

Al final te quedará una masa compacta y sin migas sueltas.  Intenta hacer una bolita de prueba (como si hicieras una albóndiga de carne a mano).  No te deben quedar grietas grandes.  Si ves que te queda seco, sigue añadiendo queso poco a poco y amasa.  Si se te acaba todo el que tenías listo y aún necesitas más, ve añadiendo cucharada a cucharada hasta que tengas la consistencia de masa perfecta.

Esta forma de proceder te asegura que no eches queso de más.  Es siempre más fácil añadir queso que quitarlo, que es imposible.  Y si añades demasiado te puede quedar una masa demasiado húmeda e inmanejable.

La consistencia ideal es la que permite a la bola guardar su forma sin "aplastarse" cuando la dejas en una superficie plana y además no presenta "grietas" ni migas sueltas.  En la siguiente foto, se ve perfectamente la diferencia entre una bizcobola con la masa adecuada (abajo) y una en la que nos hemos pasado siete pueblos con el queso (arriba).

 

Una vez lista y en su punto la masa, ya puedes hacer las bolitas en sí mismas.  Prepara una hoja de papel antiadherente en una superficie lisa (ayuda ponerlo sobre una bandeja para que puedas mover las bizcobolas de sitio o de mesa o incluso meterlas al frigo sin liar la de San Quintín) para poner las bolas que vayas haciendo y ve separando porciones de masa de 20 o 25 gramos y depositándolas sobre el papel.  Quedarán mejor y más parejas si tiras de báscula y las haces todas iguales.  Yo he encontrado que las bizcobolas de 20 o 25 gramos son bastante majas, ni demasiado enormes y demasiado enanas.

Ya tienes las bolas listas para cubrir con el chocolate, pero eso lo dejo para la siguiente entrega del serial bizcobolero. Déjalas en la nevera. 

"Continuará".