Los frikis también se casan y tienen derecho a la personalización de su tarta.  ¿O no?

En realidad tarta, tarta no es, que lo único que me encargaron fue los muñecos.  Pero no los podía dejar ahí solitos, necesitaba un sitio en el que sujetarlos y ponerlos, así que aproveché uno de los bloques de poliexpán tamaño caja de zapatos que estaba destinado al SUGAR y allí que los planté porque no se me ocurría otra cosa y el tiempo apremiaba...

Aquí tenemos a la parejita feliz:

Espero que los puristas y fanáticos de Star Wars no me crucifiquen por utilizar este casorio virtual entre la princesa Leia Organa:

y el pícaro y atractivo aventurero espacial Han Solo:

Cualquier parecido entre los personajes reales y estos muñecos, son puro producto del vestuario.  De verdad qué cruz de modelaje de caras... Sobre todo los ojos.  La peor parada ha sido la pobre Leia.  Pero bueno, ya sabemos que los maquillajes de boda son un poco exagerados...  (Por intentar una excusa, que no quede).

Bueno, sea como sea, aquí tenemos a la princesa escoltada por el simpático R2D2 (el de los pitiditos).  Un padrino un tanto peculiar, qué duda cabe.

Lo más importante es que aqui hay amor y del bueno y que espero que la pareja de verdad, la que me ha encargado estos muñecos (creo que lo más difícil que he intentado hasta el momento) sean MUY MUY MUY FELICES en su matrimonio.

Anda que no he pagado la novatada de modelaje y la falta de experiencia...  Eso sí, he dado de mí todo lo que he podido, por intentarlo, que no quede. 

Moraleja importante:  la pasta de goma realmente es MUY elástica.  Eso hace que se pueda estirar muy bien para ropas y demás, pero también hace que se hunda bajo el peso del resto de la figura si las piernas, por ejemplo, no han endurecido debidamente.  Es por esto que no puedo ofreceros (perdonadme, chicas) una vista en condiciones del trasero de Han Solo en plan "chulazo del día" como hacen las de SLQH en La Sexta...  Se ha quedado en pobre sin culo y con un apaño de piernas que parece que se hubiera dejado el caballo dentro de la nave.

Morbazos aparte y aventuras con la pasta de goma y los modelados a un lado (me muero de la envidia cuando veo los trabajos limpios y perfectos de los profesionales), sólo me queda desearles a los novios lo mejor en su matrimonio.  Lo que, en este caso se traduce por supuesto, en una adaptación de lo más apropiado de una frase emblemática de la saga:  

Muchos, muchos años.