Este título tan raro tiene su origen en la receta que me ha servido de base: la famosísima tarta tres chocolates que todo el mundo conoce. Seguro que todos la habéis hecho y comido mil veces, pero yo la probé por primera vez hace sólo unos meses (la tenían de postre en un restaurante al que fui a comer en una salida de trabajo). Enseguida se colocó en cabeza en mi lista de pendientes y me puse a hacerla en cuanto tuve oportunidad. Al ser una receta tan conocida me daba un poco de apuro publicarla sin más, así que me puse a probar las variaciones que se me fueron ocurriendo.
De todas las que puse en práctica, sin duda me quedo con esta versión de limón, ideal para el buen tiempo que ya se nos acerca. Fresca, cremosa y con el toque especial a canela que le da la base de galletas napolitanas (gracias, María José por recordármelas).