He probado tres recetas de pastas de té verde de las que he encontrado por la red y aunque no es la que más me gusta de sabor, ésta es la que queda más verde y más mona. 

Lo de "esmes" me lo he sacado de la manga, claro... por aquello de que las esmeraldas son verdes, con "esmes" se han quedado en mi casa estas galletitas ("pa chula, yo y pa pegarse, mi primo..." ). 

Para hacerlas necesitarás los siguientes ingredientes:
3/4 taza de azúcar en polvo
135 g de mantequilla sin sal en cubitos
1 3/4 de taza de harina
3 huevos grandes
1 1/2 cucharadas de té verde en polvo matcha (cuanto mejor sea el té, mejor será el color)
1 taza de azúcar granulado normal para cubrir.

  

Precalienta el horno a 180ºC y forra la bandeja que vayas a usar con papel para hornear.

Mezcla en azúcar glas con el té en polvo y añade la mantequilla.  Mezcla bien con espátula, cuchara de madera o lo que te sea más cómodo hasta que tengas una mezcla esponjosa y más clara en color.  Añade la harina, mezclando hasta que quede bien integrada y, por último, incorpora las yemas, moviendo lo justo para que quede una masa homogénea.

Haz un disco con esta masa, envuélvela en plástico de cocina y métela en la nevera para que se asiente, por lo menos media hora.  Pasado ese tiempo extiende la masa hasta que tenga unos 12 mm de grosor y corta las pastitas (puedes usar un cortapastas a tu gusto, yo simplemente corté cuadraditos pequeñitos).  Envuelve las galletas con azúcar en grano y ponlas en la bandeja de hornear.

 

Deja que se hagan hasta que empiecen a dorarse por los bordes (puede llevarte de 8 a 12 minutos, dependiendo del tiempo que lleve encendido el horno, de la potencia del mismo, del grosor de las pastitas, de la bandeja empleada...)  

  

A mí se me pasaron un poco por abajo, para variar (tengo que solucionar ese tema YA).

 

Saca la bandeja del horno y pasa las galletas con cuidado a la rejilla para que se terminen de enfriar.

Por fin he conseguido algo que se acerque al verde y además quedan una galletas gorditas y de textura hojaldrada, buenísimas aunque tal vez con un sabor a té demasiado pronunciado para algún paladar.