Fernando acaba de cumplir 51 años y le apasiona el golf.  ¿Qué temática podría tener su tarta de cumple sino este "adictivo" deporte?  

Las consignas que tenía no eran muchas, sólo que su nuera no quería la típica tarta cuadrada ni redonda y que quería banderitas y algún muñeco.  Miré por internet y había muchísimas tartas de pisos pero para 15 personas...  Al final esto fue lo que salió:

Una especie de mini campo de golf con un hoyo indicativo de los años que cumplía el homenajeado, una minmalista representación de los palos de golf ...

... y el golfista pensando (pero muy relajado y en pleno disfrute) en la mejor estrategia para llevar la bolita al fondo del hoyo de un solo golpe.

Nada del otro mundo la verdad, salvo por lo mal que lo paso cada vez que tengo que hacer algún muñeco, sobre todo con las caras.  Opté por la simpleza más absoluta para no liarme mucho y, dado que la cara era casi mas pequeña que la yema de mi dedo pulgar, me contenté con la sonrisilla y los ojitos y me dejé de "líos de narices", que siempre me complican mucho la vida.  Después de media docena de intentos, así quedó.

El "meollo" era de lo más clásico, bizcocho de limón y canela relleno de ganache de choco blanco con los mismos toques.  Y una cobertura de una tonelada de fondant verde para que la tarta no tuviese ninguna forma "típica" (ni cuadrada y redonda).  Espero que se las apañasen bien para cortarla porque casi había que tirar de escáner para saber dónde estaba el bizcocho...

En el campo había algún obstáculo de los típicos del juego: estanques de agua y bancos de arena (no sé por qué me dio por ponerlos en forma de "F", al menos que se notase quién era el jugador estrella).  

Me comí mucho la cabeza con la vestimenta del jugador y opté finalmente por colores a juego con el campo y no demasiado estridentes.  A pesar de que todos tenemos en mente las típicas parodias americanas de los conjuntos más horteras y disparatados que uno se pueda imaginar, yo considero este juego como algo muy elegante de modo que se quedó en un conjunto marrón y azul nada llamativo, con una gorra de cuero para protegerse los ojos del sol y un sobrio chaleco como únicas concesiones a la moda.

Y esoesto esoesto esoestodo amigos.  Espero que a Fernando le gustara su tarta y que siga disfrutando de este deporte muchos años más, mejorando día a día su hándicap.  

 

Por lo que a mí respecta, me lo he pasado bien haciendo esta tarta, a pesar incluso de no tener ni la más remota idea de golf.  Se nota que tenía mono...