El otoño ha tardado en llegar pero por fin he podido sentirlo estos días: las temperaturas han bajado, se ha nublado por fin el cielo y los árboles aparecen aún gloriosos con su manto amarillo de hojas en contraste con el marrón oscuro de sus troncos mojados.  Ni que decir tiene que el otoño es mi época favorita del año...   Invita a ir hacia dentro y eso es algo que siempre me ha gustado hacer.

Hay varias cosas que asocio al otoño: el olorcillo a leña quemada, los puestos de castañas en las calles, ir pisando hojas secas como una niña pequeña, arrebujarme bajo una manta viendo alguna de mis "pelis de invierno" en buena compañía, la lluvia (que aún nos falta y de qué manera), los madroños maduros y blanditos, las calabazas, Halloween... Y los membrillos.  Unos frutos antiguos y con fama de "tipos duros" (doy fe de que te puedes dejar los brazos pelándolos) pero tan fragantes que da gusto tenerlos en el frutero simplemente como meros ambientadores.

Ese ha sido mi caso los últimos días.  Mi hermana me trajo unos cuantos y han estado en el frutero dejando su aroma frutal y otoñal por toda la casa.  Pero ya empezaban a perder su frescura y había que hacer algo con ellos.  Algo que se saliera un poco de la típica (y por otra parte riquísima) carne de membrillo.  Como soy una bizcocho-adicta declarada, lo primero que me pasó por la cabeza fue intentar un bizcocho de membrillo.  Ha resultado difícil encontrar una receta que incluyera los membrillos tal cual en lugar de ya preparados en confitura o carne de membrillo en la masa pero por fin me hice con ésta y me dispuse a probar.

Más que un bizcocho, yo diría que el resultado se podría calificar de "pan de membrillo" y recuerda bastante a la textura del pan de plátano, por ejemplo.  Recién hecho resalta más el sabor de la ralladura de limón pero si lo dejas reposar un día o más empezará a ser un poco más evidente el toque del membrillo.  Es un bizcocho contundente y casi más invernal que otoñal.  Te puedes dejar los brazos en el intento de amasarlo y en crudo es tan espeso que te preguntarás si aquello subirá y quedará comestible o acabará como un monumental desastre pero al final tu esfuerzo tendrá su recompensa y tendrás un bizcocho riquísimo y con todo el sabor del otoño.

Necesitarás:
350 g de membrillo limpio (*) (yo usé dos frutas de tamaño mediano)
100 g de agua
una cucharada de azúcar

150 ml de aceite de oliva
200 g de azúcar
2 huevos (usé huevos grandes, tamaño L)
350 g de harina para repostería
1 cucharadita de canela en polvo
1 1/2 cucharaditas de bicarbonato sódico
1/2 cucharadita de sal
la ralladura de la piel de un limón
100 g de harina de almendras

(*) Antes que nada, lava muy bien los membrillos para eliminar toda la pelusilla que a veces traen cuando son cogidos directamente del árbol.  Pártelos en cuartos y elimina la parte central más dura, la que contiene las semillas.  Para conseguir unos 300 g de puré de membrillos ablandaditos, yo usé unos 350 g de rodajitas de membrillos crudos.

No lo peles.  Lávalos muy bien pero conserva la piel porque es donde se concentran la mayoría de los principios aromáticos que hacen de estas frutas algo tan especial.

Hazlos rodajitas muy finitas para que cueste menos ablandarlos y llevalos a ebullición junto con el agua y la cucharada de azúcar (usa azúcar sin refinar, le dará mejor aroma).  En cuanto rompa a hervir, baja el fuego y déjalos que hagan "chup-chup" cosa de un cuarto de hora o un poquito más, hasta que veas que se van ablandando y se rompen solitos cuando los aplastas con la cuchara.

Este paso es una auténtica gozada porque el olorcillo que desprenden al empezar a cocerse es realmente embriagador.

Cuando ya estén más o menos blanditos, retíralos del fuego, deja que se enfríen un poco, pásalos por la batidora de mano para reducirlos a puré y resérvalos.

Precalienta el horno a 180ºC y encamisa un molde de 20 cm de diámetro (yo me salté este paso porque me estoy aficionando a usar moldes de papel).

En un bol capaz, mezcla el azúcar con el aceite de oliva...

 

.. y añade a continuación los huevos, uno por vez.

Tendrás algo así como una mayonesa fina de color verdoso (por el aceite de oliva).

En un bol aparte mezcla la harina, la canela, el bicarbonato y la sal y añádelos poco a poco a la "mayonesa dulce", pasándolos por un tamiz y removiendo con una cuchara metálica. 

Aquí es donde la cosa empieza a ponerse "cuesta arriba" y echas de menos haber pasado unas cuantas horas en el gimnasio levantando pesas porque la mesa espesa una barbaridad.

Agrega después el puré de membrillos, la ralladura de limón y la harina de almendras.

La masa resultante es MUY espesa.  Tendrás que pasarla al molde con la ayuda de una cuchara y poquito a poquito.   Esta es la pinta que puede tener.

Métela al horno.  Tardará en hacerse como una hora pero puedes empezar a echarle un vistazo a los 45 minutos, que cada horno es un mundo y nunca se sabe...  Estará hecho cuando al pinchar con un palillo, éste salga limpio de masa.  Lo notarás también por la resistencia que la masa ofrezca al palillo en sí.

Deja que se enfríe y sírvelo como más te apetezca.  A mí me gusta más solito, pero puedes acompañarlo con nata montada e incluso con helado de vainilla o similares.  En mi opinión, mejor asentadito y pasado al menos un día que recién hecho.

Por dentro tiene un color de lo más curioso.  Con el tiempo, las zonas en las que la presencia del puré de fruta es mayor, adquieren un color rosado diferente del resto.

¡¡ Que lo disfrutéis !!   Y que disfrutéis también de lo poco que de otoño nos queda.  Yo, por lo pronto, me voy a comer una de esas galletas de Alicia que te hacen pequeñita y voy a darme un paseo entre estos extraños y aromáticos troncos...

Edito:  A sugerencia de Carmen (Caprichos de Cocina), incluyo esta receta en el concurso de bollos y panes que están organizando junto con Pepe Kitchen.  Podéis participar en él con vuestras recetas.  Para ver de qué va el concurso, haced clic aquí:
http://www.pepekitchen.com/articulo/concurso-de-recetas-de-panes-y-bollos-premio-lote-de-caprichosdecocina/comment-page-1/

O aquí:
http://blog.caprichosdecocina.com/2009/11/concurso-de-recetas-de-panes-y-bollos.html

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