Yo creo que cuando hicimos este bizcocho cebra (zebra cake) por primera vez, en los tiempos en los que podía participar activamente en el foro "Cocinando con el Alma" (foro que recomiendo a todo el mundo) todavía ni tenía este blog. O sea, que debe hacer ya más de dos años... ¡Qué tiempos aquellos! Hace poco volví a ver esta deliciosa y original delicia en "El Rincón de Bea" y me animé a recuperarla. Pero como soy como soy, no quise hacerlo sin más sin aportar nada, así que me dio por cambiar el tradicional molde redondo por uno alargado, y por dar un tono verde a la parte que debería quedar blanca (ya había probado en morado y amarillo, para el cumple de Joan, pero en un molde redondo, como debe ser).
El resultado ha sido tan bueno como siempre (la masa de este bizcocho es prácticamente infalible) pero en vez de "cebra", el corte parece de "gota" o un tulipán o yo qué sé... ¿Se os ocurre algo? A mí me recuerda a algo geológico, magmático, telúrico... Bueno, que se me pira.